Si llega el invierno decidle que no estoy aquí es una novedad de Andana editorial. Ilustrado y escrito por Simona Ciraolo, quién ya nos deleitó con el cuento de Las lineas en la cara de nana. Nos trae un cuento precioso perfecto para contar en esta época del año, tan llena de cambios y en el que parece que disfrutar y no preocuparse por el futuro es bastante difícil.
Parece que nuestro futuro es un poco incierto ahora mismo y hay que esforzarse un poco más en vivir el presente, a pesar de la pandemia, de las mascarillas y de todas los cambios que harán en el colegio. Por eso este cuento me ha parecido perfecto para poder aprender a valorar lo que si tenemos y dejar de pensar un poco en lo que vendrá, o pensar en ello de forma un poco más optimista. Que aunque el otoño parezca oscuro, también viene cargado de muchos buenos momentos.
De que trata el libro
El protagonista se parece a casi cualquier niño que conozcamos. Le gusta el verano, la piscina, los helados, y todo el tiempo que tiene para jugar. Sin embargo el verano tiene un tiempo limitado y dentro de nada terminará. Su hermana mayor le dice que aproveche bien el tiempo porque la piscina dará lugar a las tardes de sofá y los helados tardarán en volver. Lo que le hace pensar a la protagonista lo mismo que nos haría pensar a cualquiera en su situación. «Si llega el invierno, decidle que no estoy aquí».
Lo que hace que nos preguntemos si es tan malo el Otoño. Las ilustraciones nos parecen querer decir que ni tan oscuro ni tan sombrío como pueda parecer. El Otoño viene con frío, pero también viene cargado de tardes de sofá con palomitas, juegos de invierno, dulces postres y un montón de cosas que sólo se pueden hacer en invierno y que también tienen su parte buena, ya que si no llegara el otoño nunca se podrían hacer.
La protagonista irá entendiendo que hay que disfrutar cada día, tanto si es verano, como si es otoño. Las estaciones tienen que cambiar y eso no quiere decir que todo lo bueno termine, simplemente lo hace diferente.
Lo que más nos gusta de Si llega el invierno decidle que no estoy aquí
Lo que más me ha gustado es su trama, tan original y acertada para los tiempos que corren. Muchos niños pueden llegar a pensar que el verano debería ser para toda la vida. Un poco parecido al estrés postvacacional, saber que eso que te ha gustado tanto y que has disfrutado tanto, termina. Dar lugar a otras cosas y pensar de ello con optimismo puede ser más difícil de lo que parece.
La forma que tiene la autora de llevarnos por el cuento de la mano y enseñarnos todo lo bueno que es disfrutar del momento y también lo bueno que es ver el futuro con optimismo. Ver el otoño, no cómo algo oscuro, sino apreciar la calidez de su paisaje a través de cada ilustración, apreciar lo bueno tanto del sol del verano como de la lluvia del invierno.
Un cuento que te habla de cambios, de adaptación de una forma diferente. Muchas veces parece que los cambios sólo ocurren cada ciertos años o en determinadas circunstancias. Pero nos recuerda que cada año cambiamos nuestra forma de vivir, con cada estación y que a pesar de lo que pueda parecer, cada una de ellas nos trae momentos inolvidables.
Las ilustraciones consigue ampliamente lo que está buscando. Hasta a mí que soy de verano total, me entran ganas de arremolinarme en una manta y ver la lluvia. Con cada ilustración podemos ver la belleza de las estaciones y por lo tanto de la vida que está por llegar, de una forma preciosa. Con colores suaves, cálidos que transmiten ese amor tanto por el presente como por el futuro.
El texto es sencillo y claro para los más pequeños, y agradable y clarificador para los adultos. Creo que la autora ha conseguido conectar con el sentimiento que sin duda tienen millones de niños con respecto a esta etapa de su vida y que los padres podamos entender mejor los pensamientos y sentimientos de nuestros hijos con respecto a los cambios que se producen en su vida.
De alguna manera este cuento consigue, no sólo que los niños entiendan el cambio, si no que los adultos también entendamos porque ellos se sienten muchas veces como se sienten.
En definitiva
No se si la autora lo escribió este año en el que los cambios nos están asustando a todos un poco. Pero sin duda ha dado en el clavo con la temática. Este año no sólo hay cambio de estaciones, si no que nuestro estilo de vida ha cambiado considerablemente con la pandemia.
Este cuento nos hace ver el futuro de forma optimista y apreciar lo bueno que está por llegar y que no debemos olvidar. La vida corre, las estaciones corren y los cambios ocurren constantemente. Eso no debe alejarnos de los buenos momentos, que en definitiva pueden ocurrir en cualquier momento del año, sea verano, otoño o primavera. Un cuento totalmente acertado, que además te recomiendo para este inicio de curso tan inusual, junto al resto de cuentos que he recopilado para la vuelta al cole en este post.